“El coronavirus nos obligó a aplazar nuestra boda, pero esto nos ha hecho más fuertes como pareja”
Este es el sexto año que Priscila y Edgar decidieron iniciar un camino en común y compartir sus vidas. Lo que empezó siendo una relación laboral entre dos compañeros de trabajo en una clínica, terminó en una romantiquísima pedida de mano en Lyon. Pero bueno, no vayamos tan rápido.
Son una pareja muy especial para nosotros ya que, con ellos dimos el pistoletazo de salida a nuestras sesiones preboda este 2020 y también fueron los primeros en verse afectados por la crisis del coronavirus para la celebración de su día B. Pero, ojo, que de este contratiempo, si bien les afectó, han salido fortalecidos, ¡sin duda!
Hoy os contamos su historia porque como ya lo dicen bien ellos, lo que les pasó “parece de película” y, seguro, con su testimonio podrán ayudar a muchas parejas en situaciones similares.
Su boda tenía que celebrarse el pasado 14 de marzo y, como os comentábamos, fueron nuestra primera pareja que se vio afectada por la crisis del coronavirus y tuvo que aplazar su gran día. Pero más allá del qué, también está el cómo: se les notificó que la boda quedaba momentáneamente cancelada nada más y nada menos que un viernes 13 (sí, para más inri tuvieron que enterarse un viernes y trece), justo el día antes de la fecha prevista. Además, y seguimos con las casualidades, ambos son sanitarios y, efectivamente, están viviendo esta crisis desde primera línea.
Pero bueno, mejor que sean ellos quienes nos lo cuenten, ¿no creéis?
¡Deeeeentro entrevista!
- Ponednos un poco en antecedentes: queremos saber un poco más sobre vosotros y vuestra historia.
Nos conocimos en el 2013, ya que coincidimos en una clínica. Edgar llevaba trabajando allí varios años y a mí (Priscila) me destinaron para hacer las prácticas de Enfermería. Ese año no nos hicimos mucho caso, tan solo algún intercambio de palabras por cuestiones laborales. Fue el año siguiente cuando surgió empezar a hablar, conocernos más e iniciar una relación. Como pareja, definirnos es fácil y a la vez complicado: somos muy tradicionales, muy de nuestra casa. Nuestro hogar también es nuestra familia, aunque no la tengamos tan cerca como nos gustaría. Para nosotros prima el amor, el respeto y la comprensión.
Llevando 5 años de relación, en marzo del 2019, nos fuimos de escapada de fin de semana a Lyon, una ciudad que siempre nos había llamado la atención. Edgar organizó todo para que fuera sorpresa. Así pues, una de las noches decidimos ir a cenar y dar un paseo por la plaza Bellecour. Allí, nos sentamos en un banco y Edgar empezó a hacer toda una declaración de amor, con anillo en mano. Por supuesto, ¡le dije que sí!
2. ¿Cómo llevabais los preparativos de la boda para casaros el sábado 14 de marzo?
Para preparar cositas para nuestra boda dedicamos desde mayo del 2019 hasta el día antes del que iba a ser nuestro día. La verdad que es mucho tiempo de antelación, pero no queríamos que nos pillase el toro y nos pudiéramos quedar sin los proveedores que nos gustaban. Lo primero que elegimos en mayo del año pasado fue la Masía, el espacio en el que iba a celebrarse todo, así como nuestros fotógrafos y videógrafos (¡vosotros, Bodadefoto!). Creemos que eran dos temas importantes a escoger y, además, teníamos bastante claro dónde y a quiénes queríamos. En junio elegí mi vestido y mi estilista. Una vez terminado el verano elegimos las invitaciones y, en noviembre, el traje de Edgar. En definitiva, llegó el 11 de marzo de 2020 y estaba todo listo para que ya se pudiera celebrar, a excepción del ramo, el vestido y el traje, que teníamos que ir a recogerlos.
- El anuncio de que la boda se tenía que cancelar lo recibisteis, nada más y nada menos, que el viernes 13 marzo. Viernes y trece, si no éramos supersticiosos, creemos que empezaremos a serlo… ¿Cómo os lo comunicaron?
Se nos ponen los pelos de punta cuando recordamos ese momento… Os ponemos en situación: la mañana del 13, día antes del Día B, madrugamos para desayunar tranquilos y disfrutar de las pocas horas que quedaban para nuestra boda.
Sobre las 10:00 a.m. nos llamó Gonzalo, la persona referente de la Masía que nos había ayudado durante todo el proceso y preparación. Tal y como estaba la situación en el país (empezaba a hablarse mucho el tema de covid-19, de la situación que vivían en Italia…), al ver su nombre en la pantalla del móvil nos inquietamos mucho. Nos comunicó que nos acercáramos a la Masía para hablar sobre lo que podía ocurrir en España en las próximas horas y ver cómo nos podía afectar a la boda del día siguiente. Como os imagináis, fuimos para allá pitando.
Cuando llegamos el panorama era ver todos los trabajadores preparando todo para nuestra celebración. Sin embargo, el dueño del espacio nos comentó que era inminente el hecho de que se prohibiera la apertura de espacios de celebración y que ponían sobre la mesa la opción de aplazarla. Nos quedamos en shock, ya que teníamos familia viniendo de ciudades lejanas y no nos hacíamos a la idea de que el día siguiente, nuestra fecha, no pudiera tener lugar la boda. Llamamos a nuestros padres para ver qué nos decían unos y otros, que nos orientaran, pero nada de lo que oíamos nos tranquilizaba. No hacíamos más que llorar y llorar.
Después 3 horas comentándolo, llegamos a la conclusión de que nuestro día tenía que ser el 14 de marzo, que seguro que podíamos hacerlo… ¿cómo íbamos a tener tan mal suerte?.
Salimos de allí corriendo para terminar de ultimar detalles del día siguiente: Edgar se fue para nuestro piso y yo con mis suegros en coche a recoger el vestido y el ramo. Pasaban los minutos e íbamos atentos al móvil mirando las noticias (¡qué angustia!). Cuando ya estaba en el coche con el ramo y el vestido, sobre las 14:30 p.m. del 13 de marzo, llegó la llamada que lo cambió todo: era Gonzalo y me comunicaba que se había decretado el estado de alarma y que la boda no se podía celebrar. Como os imagináis, me puse a llorar desconsoladamente. La situación fue de lo más . Llevaba en la mano un vestido que no me iba a poder poner y un ramo que no iba a lucir.
Llamé a Edgar y ambos nos pusimos a llorar. Nos sigue faltando el aire cuando lo recordamos. Al cabo de unas horas nos llamó Gonzalo y nos dijo que nos aplazaba la boda sin coste ni problema alguno algún, fueron muy comprensivos. Esa llamada nos dio un soplo de esperanza.
- Vuestro caso fue de los primeros, ya que realmente os anunciaron que la boda no podía celebrarse un día antes. Sin embargo, con el confinamiento y estado de alarma que estamos viviendo desde entonces, son muchas las bodas que se van aplazando, cancelando, posponiendo… Vosotros que ahora lo veis con más perspectiva, ¿qué les diríais y/o aconsejaríais a las parejas que también están viviendo esta situación o que la vivirán en los próximos días?
Les diríamos que esta situación les va a hacer más fuertes, que les va a unir más. Es muy duro organizar un día con ilusión y ver que no llega cuando lo teníais previsto, pero hay que pensar que se celebrará y que será aún más especial si cabe. Tenéis que apoyaros el uno al otro en los momentos de bajón, es lo más importante.
- Una vez procesada la noticia, ¿cuáles fueron los siguientes pasos que disteis? Y ahora mismo, ¿cómo ha quedado el tema de vuestra boda?
Cuando la Masía nos facilitó el listado con los días disponibles del resto del año fue una decisión difícil, porque queríamos que fuera cuanto antes pero la vez teníamos la incertidumbre de no saber hasta dónde llegará la situación del Covid-19. Cogimos una fecha prudencial, a finales de junio: tres meses y medio después de la “tragedia”. Acto seguido les comunicamos a todos los invitados el día decidido y por suerte todo fueron facilidades, exceptuando la decoración floral.
6. Nos llama la atención que, además de ser la primera pareja a la que el coronavirus afectó para la celebración de su boda, ¡sois los dos sanitarios! El hecho de vivir esta lucha en primera línea o, si más no, en el sector que está al pie del cañón des del minuto cero, ¿os ha hecho cambiar la visión que tuvisteis en un principio sobre toda esta crisis? A nivel personal, ¿cómo estáis llevando toda esta situación?
Sí, los dos sanitarios, ¡parece de película!
Creemos que nos ha pasado como a todos: pensábamos que esta situación no era nada hasta que vimos que verdaderamente se estaban produciendo muchas muertes y contagios.
A parte de personalmente, nos está afectando a nivel laboral ya que estamos haciendo más horas de las habituales y a los dos nos han cambiado de lugares de trabajo, por falta de profesionales. Es duro ver cómo los pacientes lo pasan mal y no se tiene la cura. Lo que podemos hacer, y no es suficiente, es paliar los síntomas e intentar frenar el transcurso de la infección. Queremos decirle a la población, más si cabe, que se quede en casa. Que es duro, pero puede salvar vidas.
De nuevo, millones de gracias a Priscila y Edgar por dedicar su tiempo a responder estas preguntas, acercarnos a su historia y, a partir de ella, aconsejar a otras parejas en situaciones similares a cómo sobrellevar una difícil situación. No tenemos ninguna duda: de esta piedra en el camino, saldréis fortalecidos y el gran día de todas las parejas que estáis aplazando… ¡llegará y será increíble!
¡Ánimo a todos y todas!